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Empezó con una historia de arroz.

Cuando era una niña solo quería estar acompañando a papá al campo.

Mi papá es un agricultor de puro corazón, tiene una pasión por los cultivos

y en ese entonces era uno de los mejores agricultores de la capital arrocera del país.

Un día estaba de pie mirando el campo seco, donde se iba a empezar la siembra.
Lo vi mirando hacia el horizonte, en silencio y curiosamente le pregunté:

"Papi, qué haces exactamente ahora?". 

- Me respondió: "visualizando"

Aunque el campo estuviera seco, él ya lo veía crecer.
Verdecito, fuerte, abundante.

Él soñaba el cultivo antes de sembrarlo.
Lo trataba como si ya estuviera ahí.

Me enseñó que todo lo grande empieza invisible.
Primero se visualiza. Primero se cree. 

Pero también entendí que eso no es suficiente.
Porque por más que el arroz crezca…
alguien tiene que saber cómo hacerlo llegar a la mesa.

Y ahí entra la receta de arroz de mamá.

Que un día en casa, ella estaba preparando la comida con Jacki, 

(quien nos acompañó por muchos años con las labores de la casa, 

ella es como de la familia). Y yo mientras me paseaba por la cocina, 

mi madre iba a empezar a preparar el arroz y me dijo:

- "Ven para enseñarte a hacer el arroz" 

y muy segura yo respondí: 

- "mami, cuando sea grande también quiero 

tener a alguien que me ayude a cocinar, 

así que no es necesario (sonreí jajaja)"

- Ella me miró con firmeza y me dijo:
“Aunque tengas quien lo haga, tú tienes que saber 

cómo se hacen las cosas.
Por lo menos para que puedas dar las instrucciones 

y te quede como a ti te gusta.”

Ahí lo entendí todo.

Visualizar es necesario y es el comienzo.
Pero saber cómo hacerlo, es el segundo paso para hacerlo real.

Mi papá tenía su método para cultivar arroz:
Visualizar. Preparar. Sembrar. Cuidar. Cosechar.

Mi mamá, su método para la cocina:
Fuego exacto. Medidas precisas. El toque secreto.
Una receta que repetía con amor… y siempre salía perfecta.

Y yo, durante muchos años, sentí que no tenía ninguno.

Tenía ideas. Muchas.

Tenía sueños. Grandes.

Tenía talento. Pero sin estructura.
Sin mapa. Sin pasos.

Hasta que entendí que todas esas mujeres que admiraba, 

las que tenían una marca, clientes, contenido alineado, 

no eran más talentosas que yo.
Simplemente, tenían un método.

Así que hice lo que aprendí en casa:
Agarré mi historia, mi experiencia, mis errores y mis aciertos…
y creé mi propia receta.

Un sistema paso a paso, con alma, estrategia y estructura.

Y así nació Tu Marca Popstar - "Edición - Tour 2025".